Hermandad "El Baratillo"

Así es el cartel de la Coronación Canónica de Ntra. Sra. de la Piedad

Así es el cartel de la Coronación Canónica de nuestra Titular según la autora, Dª. Isabel Mª. Sola Márquez,

La obra, compuesta a través de bocetos realizados con pintura digital, está elaborada sobre tabla, trabajada sobre una base de tintas y pinturas acrílicas y desarrollada finalmente con técnica al óleo.


Cuando me transmitieron el deseo de que hiciera el cartel de esta efeméride, un gran honor para mí, me vino a la mente la imagen de la Piedad representada por una Madre que sostiene en sus brazos a su Hijo con una dulzura que a la vez muestra una grandiosa fuerza interior, manifestada por la contención y la esperanza. Como dijo el emperador romano Marco Aurelio, “la dulzura, cuando es sincera, es una fuerza invencible”. Y es esa ternura de la imagen de la Virgen de la Piedad de la Hermandad del Baratillo la que me impresionó cuando buscaba una manera de representar el reflejo del amor de sus hijos. Ese sentimiento parece iluminar y trasladar la calma al rostro de su hijo, que lejos de presentar un gesto lleno del tormento por su Pasión y Muerte, transmite la placidez de ese niño que Ella parece tener dormido entre sus brazos. Es casi imposible que una Madre aún viendo al hombre que, en la figura de Jesús, representa la salvación no rememore al niño que, indefenso, abrazó con infinito amor y temor por su destino.

Como dice la saeta:

Ay Piedad del Baratillo
si no fuera por su sangre
diría que se ha dormido
en tu regazo de Madre
igual que cuando era un niño.

En la obra, de manera simbólica, María aparece como Tabernáculo de Dios, ofreciéndonos el cuerpo de su Hijo, para que podamos estar en comunión con Él. Pero, a la vez, lo protege en sus brazos como si de ese niño al que durmiera tantas veces al cantarle una nana se tratara.
De este modo, entre las labores de la hermandad, con motivo de la coronación, se hace presente, no solo la necesidad de alimentar el cuerpo sino también la de alimentar el alma.
En varias ocasiones pude hablar con los miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad y con los hermanos, que intentaron transmitirme los sentimientos de hermandad y así es como imaginé esa escena de la coronación, como si de un sueño se tratase.


El cielo de Sevilla se viste de luces, se hace plácida la noche y un revuelo de pequeños ángeles, que sueñan con ser niños del Baratillo, parecen jugar con las estrellas para regalárselas a su Madre Celestial, en la lejanía se divisa el paisaje del barrio del Arenal y al fondo la Catedral dibujados únicamente por la luz. Tras el Cristo la capilla de la Piedad. El incienso se confunde con las nubes que envuelven la escena entorno a la cruz, rodeada por los ángeles. En el ángulo inferior derecho aparece la imagen de la cruz de forja, cuyo culto dio origen a la hermandad. Aquí, incandescente, hace referencia al fuego del amor que moldea la vida del cristiano y de los hermanos dando forma a sus actos a través de la piedad, la misericordia y la caridad, siguiendo las enseñanzas de Jesús y para honrar a su madre, María. Los tonos anaranjados se tornan en rosados dando forma con la luz a un corazón, como metáfora del escudo de la hermandad y evocando la transformación del sudario en un capote, haciendo referencia a la vinculación de la hermandad con la Maestranza.


La presea pretende representar la que será utilizada para coronar a la Virgen en ese esperado día. Como anhelado es para la Madre, que sostiene al Hijo en sus brazos, el triunfo de ese Príncipe que cruzará las puertas del cielo tras vencer con sus lances a la muerte, con la templanza de quien nos ama hasta el extremo. Así, sus hijos, con actitud fraternal, amor, entrega, devoción y anhelo coronarán a Nuestra Señora de la Piedad el 14 de septiembre.

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