Hermandad "El Baratillo"

La Piedad en el Baratillo

ORÍGENES

En los comienzos de la primitiva Corporación, en el altar mayor de la Capilla presidía el denominado “Cuadro Fundacional”, obra de Sebastián Santos Millán datada en 1699 que representa el misterio de la Piedad.

Además, los archivos de la Hermandad demuestran que en 1815 había una Imagen de una Dolorosa. Se relaciona esta Imagen con la primitiva Virgen atribuida a Duque Cornejo, tallada en la primera mitad del siglo XVIII y que, según investigaciones, fue restaurada por Emilio Pizarro en 1904, quien, a su vez, se encargó de realizar un Cristo yacente.

Igualmente, en 1905, en una edición del diario español “El Noticiero Sevillano” se recoge que la Piedad es una notable escultura atribuida a Duque Cornejo, y el Cristo al escultor Pizarro.

LA LLEGADA DE NUESTRA SAGRADA TITULAR A LA HERMANDAD

Ante el mal estado en el que se encontraba la mascarilla de la primitiva Virgen de la Piedad, el 5 de agosto de 1944 se acordó en Cabildo de Oficiales encargar a N.H.D. Manuel José Rodríguez Fernández-Andes una nueva talla de la Santísima Virgen, quien tallara en 1931 a Mª. Stma. de la Caridad en su Soledad.

El 1 de septiembre del mismo año, N.H.D. Francisco Gil Roig, presidente de la Junta Gestora que regía la Hermandad, presentó al Cabildo el boceto de la nueva Imagen, aprobándose su ejecución de inmediato por unanimidad dada su extraordinaria belleza y dulzura.

Igualmente, se acordó que la actual Virgen de la Piedad conservase las manos de la anterior Imagen, y ello, dado su elevado valor artístico.

La antigua talla de Ntra. Sra. de la Piedad fue cedida al Arzobispado, para que dispusiera de ella, siéndole entregada a la Hermandad del Stmo. Cristo de la Vera Cruz y Mª. Stma. de las Angustias, de la localidad de Villalba del Alcor (Huelva). Actualmente, tras la extinción de dicha corporación, la Imagen permanece en la misma localidad, concretamente en un altar secundario de la parroquia de San Bartolomé, sin recibir culto.

Una vez entregada la Santísima Virgen a la Hermandad, el 4 de febrero de 1945 se procedió a su bendición, ante la admiración de todos los que acudieron a su encuentro. La bendición corrió a cargo del Capellán Real, el Ilmo. Sr. D. José Sebastián Bandarán, que presidió la solemne Misa con posterioridad pronunciando una bella homilía en la que habló de las Glorias de la Santísima Vírgen María y del fervor de los cofrades de Sevilla a la Madre de Dios. Finalizada la Santa Misa, se rezó una salve a Ntra. Sra. de la Piedad, la primera ante una Sagrada Imagen que despertó una gran devoción desde su llegada, la cual será refrendada el próximo 14 de septiembre de 2024 con su Coronación Canónica.

EL AZULEJO DEL POSTIGO

Solo cuatro años después de la llegada de Ntra. Sra. de la Piedad a la Hermandad, el 13 de abril de 1949 se bendijo el popular azulejo que figura a escasos metros del arco del Postigo, en el que aparece la Santísima Virgen con el Cristo de Pizarro en su regazo. La bendición corrió a cargo del párroco del Sagrario y Director Espiritual de la Hermandad, el Rvdo. D. Servando Morgado, con la asistencia de varias autoridades eclesiásticas, civiles y militares, así como la Junta Gestora y varios hermanos. El retablo cerámico es obra de Alfonso Chaves Tejada y fabricado por Hijos de Manuel Ramos Rejano.

Tras la bendición, muchas señoras que acudían casi a diario a la plaza de abastos allí existente, se detenían a orar ante las Imágenes y depositaban en el cepillo allí existente algunos donativos.

Inicialmente la idea era ubicarlo en pleno arco, sin embargo, el planteamiento se descartó debido a la gran devoción que se profesaba por la Pura y Limpia. Por este motivo, se acordó colocar el azulejo unos metros más adelante del Postigo, requiriendo para ello autorización de la Maestranza de Artillería de Sevilla, ya que se trataba de una zona en la que se colocaban carteles informativos de eventos organizados por dicha institución. 

De esta manera, no deja de ser significativo que tan solo cuatro años después de la bendición de nuestra Sagrada Titular, se descubriera un azulejo dedicado a Ella, señal de la gran devoción que despertó desde su llegada. Igualmente, y como curiosidad, Ntra. Sra. de la Piedad se muestra en el azulejo con la diadema que precisamente ha servido de inspiración para la confección de la diadema de oro con la que, Dios mediante, será coronada el próximo 14 de septiembre de 2024.

NUESTRA SEÑORA DE LA PIEDAD Y EL SANTÍSIMO CRISTO DE LA MISERICORDIA

Ante la indiscutible belleza de Nuestra Señora de la Piedad, tallada en 1945 por N.H. el escultor imaginero D. Manuel José Rodríguez Fernández-Andes, hubo un tiempo en el que la Hermandad evaluaba la posibilidad de encargar una nueva imagen del Stmo. Cristo para sustituir a la que tallara Emilio Pizarro en 1904 ya que presentaba una excesiva rigidez y simetría.

Así en el año 1950, se llegó a un acuerdo con el escultor de San Roque Luis Ortega Bru, de 34 años y autor de la Inmaculada para el Simpecado así como de los angelitos que la rodeaban, para que tallara una imagen de Cristo yacente en el regazo de la Virgen de la Piedad, en una posición más adecuada y con mejor calidad técnica y artística que la que ofrecía la imagen que esculpiera Pizarro.

Luis Ortega Bru realizó un boceto en barro del busto en uno de los salones de la Jefatura de la Región Aérea del Estrecho, frontero con la Parroquia de San Vicente. El resultado del boceto es de una extraordinaria belleza que agradó a los miembros de la Junta Gestora que por aquel entonces gobernaba nuestra Hermandad, por lo que se le dio autorización por parte de la Vicaría General para comenzar la obra que se efectuó en el taller de Manuel Calvo siendo la encarnadura realizada posteriormente por N.H.D. Guillermo Bonilla García.

 

La imagen fue bendecida en la tarde del 29 de enero de 1951 por S.E.R. el Cardenal de la Archidiócesis de Sevilla, D. Pedro Segura y Sáez en nuestra Capilla a la que asistieron muchos hermanos y devotos. Al finalizar el acto litúrgico, el prelado se acercó al escultor a quien felicitó por tan bella e impresionante obra. Para este mismo día la Junta Gestora había solicitado previamente a los vecinos del barrio mediante escritos que engalanaran sus balcones con colgaduras para conmemorar tan feliz acontecimiento.

El Miércoles Santo de aquel año, 21 de marzo de 1951, toda Sevilla pudo contemplar la belleza y extraordinaria conjunción entre la Virgen María, Madre de la Piedad, con su Hijo redentor de la Misericordia en su regazo, misterio que D.m. acompañaremos en la procesión triunfal del 14 de septiembre de 2024 con motivo de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Piedad.

EL VÍA CRUCIS DEL CONSEJO GENERAL DE HERMANDADES Y COFRADÍAS DE SEVILLA

En el año 1985, el Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla designó al Stmo. Cristo de la Misericordia y Ntra. Sra. de la Piedad para presidir el Vía Crucis Cuaresmal de la Hermandades de Penitencia de Sevilla. Para tal acontecimiento, se editó un cartel, obra de N.H.D. Antonio Martínez Fernández.

Este acontecimiento histórico, que se celebró durante el mandato del que fuera Nuestro Hermano Mayor, D. Vicente Ribelles Linares, tuvo lugar durante la tarde noche del 25 de febrero del citado año, iniciándose a las 19:30 horas. Nuestros Sagrados Titulares fueron trasladados sobre unas andas cedidas generosamente por la Hermandad de Pasión, y acompañados musicalmente por un coro que dio un mayor recogimiento al traslado.

Nuestra Señora de la Piedad iba vestida de hebrea acorde al tiempo litúrgico de la fecha, portando un aro de estrellas sobre su cabeza. El exorno floral consistió en un monte de iris morados. Además, en las esquinas de las andas y en el centro de cada lateral se ubicaron un guardabrisa de nuestro paso de misterio, con las características velas azules, formando así un bello conjunto perfectamente identificativo con el sello de nuestra Hermandad.

El texto de las estaciones fue escrito por N.H.D. Ricardo María Ríos Pérez. La primera de las estaciones fue rezada en el interior de la Capilla, correspondiéndole su lectura a un oficial de la Junta de Gobierno de nuestra Hermandad. Las siguientes estaciones se leyeron en la esquina de la calle Adriano con Antonia Díaz – Arfe (Hermandad de la Candelaria); Arco del Postigo del Aceite (Hermandad de Montesión); Fray Ceferino González (Hermandad de San Roque); Monumento de la Inmaculada Concepción (Hermandad de San Isidoro); Plaza Virgen de los Reyes (Hermandad de la Trinidad); y de la séptima a la decimotercera estación fueron rezadas en el interior de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla por las Hermandades del Valle, la Estrella, el Museo, el Cachorro, el Calvario, el Silencio y las Aguas, siendo rezada la última por el por entonces Arzobispo de Sevilla, fray Carlos Amigo Vallejo q.e.p.d.

Las Hermandades que presidieron el lugar de cada estación en la Catedral con su Cruz de Guía fueron: la Sed, Jesús Despojado, Redención, los Javieres, los Servitas, la Soledad de San Buenaventura y el Gran Poder.

El itinerario de ida fue el siguiente:

Adriano, Antonia Díaz, Arfe, Dos de Mayo, Arco del Postigo del Aceite, Almirantazgo, Avenida de la Constitución, Fray Ceferino González, Plaza del Triunfo, Plaza Virgen de los Reyes y entrada en la Catedral por la Puerta de Palos pasadas las 20:45 horas.

El regreso se realizó por el mismo recorrido, pero en sentido inverso, estando nuestros Sagrados Titulares en todo momento acompañados por una gran aglomeración de fieles y devotos.

Como curiosidad, podemos destacar que esta fue la primera vez que una Imagen mariana formaba parte del Vía Crucis de las Hermandades y Cofradías de Sevilla.

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