Se trata de un diseño de manto para Nuestra Titular de estética muy clásica y numerosa simbología de fácil lectura, que gira en torno a la Virgen María glorificada en el trance de la Pasión, con su hijo muerto en sus brazos. De color azul noche, muestra un corte con suaves ondas, una guardilla y una cenefa perimetral, que se articula en torno a cinco pequeños tondos arropados por hojarasca y decoración vegetal, en los que se ubican atributos marianos como el Sol y la luna, el corazón con los siete puñales y una azucena entre espinas y cardos, tomada del libro del Cantar de los Cantares, ubicándose en el central inferior la Santa Cruz, Titular de la Corporación y en cuya fiesta litúrgica tendrá lugar la ceremonia de la Coronación Canónica. De este último tondo surgen rosas de pasión que arropan y sostienen al monograma de “María” coronado.
El campo central se compone con tallos de rosas que se articulan y yuxtaponen con ritmo circular, intercaladas con estrellas relucientes, siguiendo un estilo de la segunda mitad del siglo XIX hoy desaparecido en la Ciudad, en especial las obras de la bordadora Teresa del Castillo.
